lunes, 24 de febrero de 2014

Los "abominables hombres del Ocejón"

Todo empezó cuando un día, mi compadre y un servidor nos tomábamos unos "carbohidratos de bajo índice glucémico" (léase unas birras) y decidimos que había que aprovechar la luna llena de Julio para subir al Ocejón de noche. ¿Por qué?. Pues porque como dijo en su día el bueno de George Leigh Mallory antes de quedarse tieso y amojamado en el Chomolungma: "Porque está ahí".

El caso es que en la calurosa tarde del día 5 de Julio de 2012 mi compadre y yo nos pusimos en marcha hacia el pueblo de Majaelrayo, en la provincia de Guadalajara, situado en la zona conocida como de la Arquitectura Negra, ya que las casas de esa zona están construidas con lajas de pizarra y gneis de ese color.
Sobre las siete de la tarde llegamos al pueblo de Campichuelo y para hacer tiempo nos tomamos unos bocatas de panceta y unos "carbohidratos".


No os vayáis a creer que todas esas botellas son mías......ibamos fifty fifty. Al fondo, mientras cae la tarde.....Ocejón


 En fin, que después de la merienda/cena nos trasladamos ya al hermoso pueblo de Majaelrayo, donde recalamos en otro garito, el que hay conforme se entra a la izquierda, atendido por una simpática y hermosa moza, donde hicimos la ultima carga de "carbohidratos". Según mi compadre, dicha moza poseía un hermoso pelo negro azabache y unos radiantes ojos de un azul en dos tonos. No pienso dudar de su palabra, pero si soy sincero yo no le miré los ojos en ningún momento....En fin, que nos hizo una foto a los dos, y a las 22.25 horas iniciamos la ascensión.




 Desde el pueblo sale una senda entre jaras, que poco a poco te hacen subir. Después se cruza un arroyete por unas losas de piedra y se empieza a subir por el bosque de robles. Era realmente hermoso caminar con el ultimo fulgor del sol y el aroma de las jaras pringosas, que como todos sabéis dan lo mejor de si mismas una vez que anochece. El caso es que el jaral da paso enseguida a un bosque de robles y la senda se convierte en un zig zag que sube y sube y sube..... muy estrecho y cada vez mas oscuro, hasta llegar al Collado de las Peñas Bernardas o como le dicen otros, el Collado del C... de la Bernarda. Allí hay que girar a derecha, hacia el sur, y hay dos opciones: la primera es subir por la ruta marcada que va bordeando la vaguada que lleva a Valverde de los Arroyos, muy suave y tranquila, y la otra es la que hicimos nosotros, buscando la ruta a través de la cresta, entre las piedras, mas largo y penoso, pero a la vez mas divertido. El caso es que las dos rutas llegan al Collado del Ocejoncillo, y desde allí ya solo quedan unos 300 metros por una especie de escalones de pizarra, bastante empinada la subida...y justo al llegar a la cima, un poco antes de la 1 de la mañana estaba la luna llena esperando.....y un viento que te cagas que casi nos tira abajo. Aprovechamos para abrigarnos y tomar un bocado rápido y hacer unas fotos


 y empezamos el descenso, esta vez por la senda marcada hasta Las Peñas del C....de la Bernarda, luego por del mismo camino por el que habíamos subido, y a las 4 de la mañana estábamos ya durmiendo en el coche, hasta que los ronquidos nos impidieron descansar más y decidimos que lo mejor era volverse a casa de una puta vez....que ya estaba bien de tonterías.ENDE.

A mitad de camino tenéis un minirefugio por si os pilla alguna vez el mal tiempo.
 

ACHTUNG. ACHTUNG. AVISO IMPORTANTE.

He  intentado hacer la gracia con lo de tomarnos birras y cosas de esas, pero lo cierto es que a la montaña no se debe ir haciendo el gañán ni en plan machote, porque lo que en el llano no deja de ser una anécdota, como por ejemplo un tropezón, allí arriba te puede suponer morir. Así que avisados quedáis.